DONDE TU VES UN PROBLEMA, YO VEO UNA OPORTUNIDAD

Ésta magnífica reflexión, es de un gran profesional, un profesor de cuerpo y alma, que su trabajo es su gran vocación.



No es fácil trabajar con alumnado con Necesidades Educativas Especiales. Los resultados no son inmediatos, hay que rellenar mil informes, los recursos escasean y la formación del profesorado es más bien pobre. A lo largo de mis años de docente me he encontrado con profesionales que dicen querer mucho a estos alumnos pero…lejos, y se encomiendan a todos los santos a principios de curso para que no les toquen muchos en su tutoría o en el peor de los casos que no les toque un grupo de desdoble que es donde suelen estar estos chicos.
Por otro lado hay familias que no asumen esta nueva realidad, piensan que sus hijos exageran, lo hacen por llamar la atención. Se desentienden y responsabilizan al otro cuando hay separaciones, al colegio que no sabe actuar, al conyuge excesivamente permisivo. Por lo tanto no acuden a especialistas que aporten informes o dictámenes tan útiles para el centro educativo como para la propia familia.
Con este panorama, el niño, adolescente o joven se convierte en un problema, en una pieza defectuosa dentro del sistema, en un desheredado de la sociedad. Los cursos pasan, los años también y el daño cada vez es mayor si no se actúa en consecuencia.
Pero llorar por haber perdido el sol, nos impide ver las estrellas. Y estos chicos son esas estrellas brillantes en el cielo de una noche despejada. Puedo asegurar que para mí, a lo largo de los años han sido una oportunidad de crecimiento personal y profesional. A su lado he aprendido a ser flexible, me han obligado a salir de la zona de confort profesional, a investigar, a ser tolerante, a dialogar. Pero sobre todo a reír con sus espontaneidades, a saber ser y estar en sus dramas personales, a comprender de una vez que entre el blanco y el negro existe una gran gama de colores y que lo importante es que estén bien emocionalmente, ya que solo así adquirirán los conocimientos que el dichoso sistema educativo les pide. Se han convertido en mis maestros, pero en maestros de vida.
En definitiva, me han enseñado a entender la educación como tarea del corazón.
Docentes y familias, dejemos de ver problemas donde hay grandes oportunidades.

Gracias José Miguel Juan Gamaliè, esperamos leer más reflexiones de éstas.

Un gran saludo de la familia APASTTA